Vengo a poner vida en un lugar, en su definitiva quietud.

Como si fuera posible alguna vida en la inmovilidad

Sin darme cuenta de que ya desbordaba de vida.

Árboles que intuyen que el sol se acerca antes que yo lo note,

parecen haber sido retenidos ahí por siglos, silenciosos,

dramáticamente desnudos por el invierno, esperando los retoños de la próxima estación.

Habitar un cuerpo.

Una casa.

Habitar la tierra.

El movimiento sigue y la realidad también te habita, te somete a ritmos e impulsos.

Somos, en la medida que habitamos.

Y habitamos en la medida que somos.

Y así sin cesar.

Fotografías Estenopeicas años 2016/17

Casona “La Española” sospechada de ser Centro de Detención en la Dictadura Militar 

"Amar duele. Es como entregarse a ser desollado y saber que en cualquier momento, la otra persona podría irse llevándose tu piel".

Susan Sontag

*

Algunas mujeres hicieron lo que pudieron.

Escapar ilesas de cuerpo y reconstruirse, mezclarse con el montón y pasar desapercibidas.

Algo de esto hubo en mi infancia y necesité servirme de la luz para hacerlo visible. Recuperar la memoria, orillarme entre la oscuridad y la claridad para develar lo oculto, lo que no se ve en la superficie.

¿Podemos ver el sufrimiento callado? ¿Podemos intuir esas noches de locura y silencio? ¿Podemos ver la realidad que las encadena y liberarlas? ¿Liberarnos?

¿Pueden verse ellas mismas? ¿Pueden vernos? ¿Podemos vernos? Mirarnos de cerca, de cerquísima ¿vernos las entrañas?

¿Podremos romper con lo visual y crear lazos sociales que nos permitan rescatarnos? ¿Podrán el empoderamiento individual y colectivo salvarlas? ¿Salvarnos?

Todo ronda entre lo que se permite ver y lo que es, lo que nos permitimos ver y lo que hacemos con lo que vemos, con lo que sentimos, con lo que nos roza o nos invade.

Algunas mujeres pudieron escapar. Otras no.

(En construcción)

 Siempre estuve obsesionada con lo que representa el álbum familiar en la construcción de la historia de las familias y dando fe de esa historia.

Este ensayo que realicé entre los años 2008 y 2015, invita a reflexionar acerca del recuerdo como objeto de búsqueda y por sobre todo, la fotografía como soporte de la memoria.

Las vivencias con mi abuela y la relación que establecí con ella a través de la fotografía, me hicieron reflexionar mucho acerca de lo efímero de nuestra existencia y la necesidad que sentimos de fotografiar para preservar, al hacer click, un momento de lo real.

Perforar. Bordar. Unir. 

Fotos escolares de colegios de mujeres rescatadas del Mercado de pulgas de San Telmo.

Bordar para resistir, bordar para trasgredir, bordar para ser voz de quienes no pudieron. Punto.

En la pesca el silencio habla.
Nos habla de la hermosura del paraje, nos habla de las aves que engalanan el entorno, del silencioso ruido de las aguas, del movimiento o silencio de los peces, nos habla del color y calor de los rayos solares, o del frío o del color naranja del ocaso.

Habla cuando nos encontramos a nosotros mismos, habla cuando a través de la naturaleza nos damos cuenta de la existencia del inconmensurable, nos habla cuando nos llega la paz que se funde en la propia quietud, (Anónimo)

San Javier. Tucumán 2015.

(en construcción)

No cuento nada nuevo. Sólo el sonido del punzón que me atraviesa como un disparo. Los hilos abrazan mi cuerpo, el espacio invisible me envuelve y vuelvo a fundirme con la pared. No puedo escapar jamás...

Dicen que nadie muere por amor.

Pero yo sí.

Técnica: Bordado sobre fotografía 

Fotos: Francesca Woodman